Los profesores que hemos intentado adaptar nuestra práctica a la realidad actual nos hemos encontrado con una situación compleja. Lo nuevo no acaba de definirse mientras que lo viejo aún tiene mucho peso. Relataré una situación concreta. Los alumnos y alumnas quieren que las clases se impartan en el aula de informática, dónde hay un ordenador para cada uno de ellos, aunque todavía no se funciona en mi centro con wireless. Las conexiones son lentas y ver un vídeo de youtube puede emplear la hora completa de clase. Por lo tanto es una aplicación con la que no podemos contar. Sí es posible consultar textos, diccionarios de la RAE, de idiomas, proyectar Power Point, si no es a través de la red, realizar búsquedas y otras actividades que no requieran de muchas megas de velocidad.
Aunque los alumnos suelen tener Internet en casa, en el instituto son pocas las materias que se imparten con las nuevas tecnologías. Pero además el medio es demasiado atractivo y potente y tienden a conectarse en Tuenti o en Facebook, a escribir correos electrónicos o a visitar páginas que poco tienen que ver con la materia que se está impartiendo. Aunque hay programas que permiten controlar lo que sucede en cada ordenador y el profesor puede incluso cerrar aquellos que no están siguiendo la clase, los programas con demasiados objetivos no permiten ese control continuado y al final todo depende del autocontrol del alumnado.
Por otra parte, la disposición de los ordenadores no permite que el profesor vea directamente lo que pasa y que el alumno no tenga tiempo de cambiar de página. Si los ordenadores están dispuestos en forma de "U" el profesor puede desde su mesa usar el proyector y ver al alumnado de espaldas. Si los ordenadores están dispuestos en filas de cara al proyector y la mesa del profesor está delante de todos ellos, pierde el control. Si la mesa del profesor está en la última fila y los alumnos de espaldas, también puede tener control. Pero sobre todo, el alumno sabe que está siendo observado continuamente.
Pero al final, todo depende del autocontrol. O tal vez el problema es otro.
Por ejemplo, todos vemos el éxito de youtube, twiter o de facebook y las dificultades que tiene un periódico importante en papel para conseguir la misma conectividad. En los primeros los conectados son los protagonistas, mientras que en los otros medios tal vez exista el intento de conducir el debate o la participación.
Creo que es un problema para analizar. Y voy a buscar qué explicaciones puedo encontrar. De momento he encontrado este vídeo en el que se cita a Marshall McLuhan. Herbert Marshall McLuhan (21 de julio de 1911 – 31 de diciembre de 1980) fue un educador, filósofo y estudioso canadiense. Profesor de literatura inglesa, crítica literaria y teoría de la comunicación, McLuhan es reverenciado como uno de los fundadores de los estudios sobre los medios, y ha pasado a la posteridad como uno de los grandes visionarios de la presente y futura sociedad de la información. Durante el final de los años 60 y principios de los 70, McLuhan acuñó el término aldea global para describir la interconexión humana a escala global generada por los medios electrónicos de comunicación. Es famosa su sentencia "el medio es el mensaje".
Pensamos que es un desastre que los jóvenes pasen tantas horas delante de los ordenadores. Consideramos que pasar muchas horas en el trabajo, no dedicarnos a los hijos sino a triunfar en el trabajo, como se dice en el vídeo, o no tener tiempo para desarrollarnos como personas, es normal. El vídeo siguiente nos habla sobre el problema.
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